Sabemos que la vida moderna, nos aumenta el ESTRÉS FÍSICO y el ESTRÉS MENTAL, pero en el mundo de las vitaminas y los nutrientes encontramos herramientas valiosas para controlarlo.
Vitaminas como la C, aparte de ser un gran antioxidante, nos ayuda con la regulación del CORTISOL, conocido también como la hormona del estrés, que al estar elevado aumenta la acción cardíaca, inhibe la actividad estomacal, genera constricción de los vasos sanguíneos, entre otros; síntomas necesarios en un estrés puntual para nuestra supervivencia, pero que sostenidos en el tiempo pueden crear una sobreexposición al estrés y otras hormonas que desencadenan ansiedad crónica, depresión, problemas de sueño y mucho más.
Las vitaminas de la familia B, especialmente la B12, influyen en el sistema nerviosos, su deficiencia produce síntomas que afectan los RITMOS CIRCADIANOS, tan importantes para regular los estados de activación y reparación del cuerpo. Y junto con esta vitamina, EL FOLATO, la forma activa del ÁCIDO FÓLICO, que interviene en un proceso de METILACIÓN, una fase del hígado que nos ayuda a eliminar algunas hormonas y en procesos de desintoxicación. Las personas con METILACIÓN más lenta tienen problemas para eliminar las hormonas del estrés.
Estas vitaminas y nutrientes, junto a un estilo de vida saludable, que incluya actividad física, alimentos naturales y sueño reparador favorecerán, sin duda, un mayor control de estrés, causante de múltiples enfermedades.